A veces nos parece muy difícil que nuestro hijo nos haga caso, y nos encontramos muchos días en la hora de la cena, cuando ya estamos cansados, con un niño con la boca cerrada ante un plato de verdura.
Para ver qué es lo que puede estar ocurriendo os proponemos que penséis en qué es lo que hacéis si:
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Una de las partes fundamentales en la educación es la forma de emitir el mensaje.
El mensaje que emitimos en el caso de la carretera es un mensaje con firmeza. En esa situación no dejamos huecos y lo normal es que a nuestro hijo le queda claro que no es negociable.
Muchas veces, no emitimos los mensajes de la misma manera. A veces, incluso, estamos dándole un mensaje al niño y pensando lo contrario, y en eso nuestros hijos son expertos detectores; detectores de huecos por los que entrar.
¿Os imagináis una situación así?
—Mira hijo, hoy como estoy cansado, si me pides cruzar la carretera, pues vale, que sí que te dejo.
No, el niño sabe que eres constante y que estés cansado o no, triste o alegre, hablando con amigos o leyendo, no debe cruzar la carretera. Porque el mensaje es claro, constante, seguro y no negociable.
Ahora volvamos a la situación del principio, última hora de la tarde, llega el momento de la cena y no sabes cómo decirle a tu hijo que has preparando verdura porque va a quejarse y, después de muchos intentos, no se lo va a comer.
El rechazo de los niños hacia algunos alimentos como la fruta, verdura o pescado es frecuente. Hay que intentar abandonar la idea de que no se lo van a comer.
Partir de ese pensamiento es partir de la derrota y le quitamos, ya de primeras, una nueva oportunidad al niño de comérselo. Si piensas que lo conseguirás, tienes razón y si piensas que no lo conseguirás, tienes razón.
Tratar la alimentación con naturalidad ayudará mucho a vuestros hijos.
La comida no debe ser un concepto negociable, sino planificable en familia respetando los diferentes gustos.
En post posteriores iremos trabajando para que poco a poco consigáis ir de la mano de vuestros hijos. Vamos a recorrer un camino juntos. ¿Te apuntas?
En este artículo hemos hablado de:
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La importancia de la constancia y firmeza en el mensaje.
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Tratar la alimentación de un modo natural, como una necesidad más.
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La comida no es un elemento negociador.
1 comentario en “La importancia del mensaje en la alimentación de nuestros hijos.”